RULO Y LA CONTRABANDA, LA MAGIA INEXPLICABLE DE LAS CANCIONES “REFUGIO”

Leer día a día el muro de facebook de Rulo y la Contrabanda es una delicia, pues exceptuando algún que otro comentario asalvajado, todos son muestras de cariño hacia Rulo y sus cuatro acompañantes.
Desde que se creó la página de facebook he leído numerosas frases preciosas, con mucho talento, muy creativas, y Ana Is es una de las dueñas de esas frases.

Para mi es un placer y un honor que haya hecho esta entrada tan bonita, acariciando al grupo. Mil gracias Ana, espero que ya estés bien de salud.

 

Llevo tiempo pensando en escribir algo para el blog, Elo me invitó hace meses pero estaba en plenos exámenes. Sólo quiero aprovechar este rincón caricia para expresar lo que siento o al menos intentarlo. Es curioso como se puede en numerosas ocasiones de la vida expresar todo tipo de sentimientos sin reparo pero al hablar (escribir) sobre la banda sonora de tu vida, el silencio, los recuerdos y la emoción te pueden embargar de tal forma que solo consigas papel mojado.

Empezaré por el principio, hace unos nueve años que una buena amiga me puso una noche de sábado “Por verte sonreír” aquella voz, aquella poesía hecha persona. me envolvió para siempre, un año después me hice con toda la discografía hasta el momento, desde entonces me han acompañado en los buenos y no tan buenos ratos.

No hablaré de historias pasadas tan sólo pensé que el ave fénix había resurgido de sus cenizas (“no sé las veces que me reinventé”) y que llegaba con más fuerza que nunca.

Embarqué a mis amigos al concierto de la Rock Kitchen (sí, aquella sala infernal que nos elevó al cielo durante dos horas), la espera paciente por ser la primera en el “debut” madrileño, las risas, las púas, las canciones, las fotos… todo sirvió para recargar las pilas y afrontar el último año de carrera.

De noviembre a marzo, pasando en febrero por la actuación de Estación Neox,  tuve la suerte de poder asistir a los dos acústicos de RNE, que fueron increíbles por la cercanía y donde ya se notaba una mayor complicidad de la banda. Complicidad que quedó patente en La Riviera, donde los casi tres mil asistentes soñamos despiertos, en esta ocasión embarqué a un mayor número de amigos, pero el mérito no es mío, sino de estos chicos humildes, trabajadores y apasionados por disfrutar ellos y hacer sentir a los demás cuando suben a un escenario.

Creo que es una sana adicción que tuvo y tiene sus repercusiones en las personas de mi alrededor: familia, amigos, conocidos… “¿otro concierto de Rulo?”, “¿quién es Rulo?”... Dar a conocer al grupo con alegría, optimismo y sobre todo con su mejor escaparate: las canciones que ha compuesto y que los actuales (que son geniales) alfombran es lo que hecho desde entonces.

En junio, tocó el acústico de Callao, una vez más se demostró la calidad de los “contrabandistas” durante la espera y durante la hora de poesía musical. En este mes la mala suerte llamó a mi puerta, el destino quiso que todos estos recuerdos se desprendieran a la vez que mi retina, y en esos momentos, lo único que me mantenía despierta eran el centenar de canciones que me acompañaron durante las dos horas de operación y en el largo camino a las revisiones.

Aún no sé como dar las gracias, creo que ellos en ocasiones no son del todo conscientes de la ayuda que pueden llegar a prestar con su música, y para eso he querido escribir este largo y tedioso texto (después de esto cualquiera diría que soy periodista). Lo único que sé es que voy a estar siempre cerca de sus canciones (como hasta ahora), defendiendo y dando a conocer al grupo y disfrutando del siguiente concierto como si nunca fuera una noche más.