CRÓNICA DE RULO Y LA CONTRABANDA EN LA RIVIERA (MADRID)

Roberto Cano Segovia, ha querido perder su virginidad escribiendo crónicas, con el concierto de Madrid y regalársela a este humilde rincón donde cada entrada se convierte en una caricia para el grupo.

Roberto, ojalá se haya despertado en ti el deseo de seguir escribiendo y no sea la única entrada que hagas. Lo haces de maravilla, eres capaz de transmitir con tus palabras todos los escenarios de la noche en la imaginación de los que no pudieron acudir y has hecho un bonito juego de palabras con los títulos de las canciones. Felicidades por la crónica y mil gracias por hacerla. Un beso muy grande.

Tarde-noche no muy calurosa en Madrid, pero a la que algunos desafiamos con nuestra manga corta (más que nada por no gastar dinero en el guardarropa y hacerlo en recuerdos del concierto o en cantinas). Sensaciones en el estómago como cuando íbamos a nuestros primeros conciertos, larga cola desde tiempo antes de la apertura de puertas, y sonrisas en todos y cada uno de los contrabandistas que nos apostábamos en ella.

Entrada en la sala, y lo primero la búsqueda de la barra más cercana para tomar una cervecita (Rulo, exige en tus conciertos que sirvan kalimotxo), que a falta de pan buenas son tortas. A continuación búsqueda de un sitio privilegiado para poder ver la actuación de la mejor manera posible.

Sensación de buen rollo el poder encontrar gente con sus dieciocho años recién cumplidos y gente que sobrepasaba la cuarenta, pero disfrutando cada uno de ellos de la misma manera. Musiquita de fondo agradable para el oído, y los corrillos de amigos por toda la sala, hasta que las luces van bajando de intensidad y esos corros se diluyen, formando una legión de gente mirando al mismo lugar, al escenario en el que se apagan todas las luces para encenderse los sueños.

Llega el momento clave en el que una voz en off anuncia …

“Desde Reinosa, Cantabria, Rulo y la Contrabanda” que dio lugar a un salto común entre los asistentes al concierto que no paró hasta el final de éste.

21 canciones llenas de sentido para todos, unas más que otras, pero que todos llevamos en algún sitio o nos hacen recordar diferentes historias.

Entre el humo y la oscuridad del escenario aparece Rulo y entona “No sé” que son las dos únicas palabras que de aquí en adelante cantará solo, ya que las demás que pronuncie con música serán corearas por ese caliente público de Madrid, con el que según él mismo apetece venir a tocar todos los sábados.

“Como a veces lo hice yo” es la segunda canción que asoma de los labios de Raúl Gutiérrez, y como tercera escuchamos el primer guiño que hace al público de Madrid, ya que canta “En vela”  y varía su letra para decirnos que en La Riviera pasa sus horas. Frase ingeniosa entre canciones para darnos besos pa´todos y pa´tadas.

Llevábamos solamente cuatro canciones y ya a algunos se nos pasaba por la cabeza que esa sería una gran noche, que bien siendo una hora más corta por el cambio horario, en días sucesivos lo acusaríamos, y debió de notarse desde el escenario porque nos aconsejaron coger “baja por diversión”

Tras soltar muchos gritos por todos nosotros, no parecían querer darnos tregua porque enlazaron la canción con “Por verte sonreír” que tocó con La Contrabanda y con Mario, el sexto miembro del grupo.

En esta canción yo noté una sensación especial de todos los que nos encontrábamos allí, es una canción muy querida por todos nosotros y creo que se la hemos puesto a muchos amigos y amigas y que siempre nos ha hecho quedar bien.

“Cenicienta” sonó atronadora siendo sobre todo en el estribillo la voz del público y la de Rulo una sola.

Y como “No solo respirar” es vivir, pues nos lo recordó y seguimos bebiendo, cantando y saltando.

A continuación buscamos “amores de contenedor” y nos jugamos la boca “Por morder tus labios”.

Y aunque “Descalzos nuestros pies” siempre se llevaron bien, no nos dejamos convencer tan pronto y no les dejamos irse tan pronto a disfrutar de la noche madrileña. Y les tocó salir a hacer el primer bis.

Teníamos ganas de “Jaleo” y nos lo dieron, se cotizó “A la baja” y nos mostraron las “Heridas del Rock and Roll”.

Después llegaron los disfraces para interpretar “Fauna rara” y no solo en el escenario, se podían ver entre el público pelucas, gafas, e incluso un grupo de chicas con los “rulos” en la cabeza. Parecíamos habernos vuelto “majaretas” y así sonó el himno, para despedirse.

Pero el oeoeoeoé de las gargantas de La Riviera, les hicieron volver al escenario para entonar obligadas canciones de su repertorio tanto de su época de La Fuga como de el nuevo proyecto. Por lo que nuestros oídos fueron acariciados por “Madrid” como no podía ser de otra manera, y sí que fue buena idea venir hasta aquí, para luego acabar yendo “p´aquí p´allá” pero eso sí “tranqui por su camino”

Terminamos el concierto “buscando en la basura” y con la “cabecita loca”, pero con una joya que nos regalaron, al presentar en primicia para Madrid , “El vals del adiós” canción que formará parte del próximo disco de Rulo y la Contrabanda. Y el anuncio del próximo concierto del grupo en nuestra ciudad que ante la primera duda de Rulo al anunciarlo y parecer una inocentada, rectificó para que señalásemos en el calendario de la pared el 29 de Diciembre. Detallazo del grupo al salir con la bandera de Japón, como símbolo de solidaridad con el pueblo japonés, al que me sumo.

Final de concierto, encendida de luces y caras de éxtasis y de satisfacción en la mayoría de la gente, comentarios buenos, buenísimos y excelentes sobre la actuación, masiva compra de objetos en el merchandising y aunque Rulo diga que no sabe cantar, en algo debe equivocarse porque no llovió mientras cantaba pero al dejar de hacerlo, diluvio universal en Madrid.