¡¡AUN RESUENA EN MI CABEZA EL CONCIERTO DE ANOCHE!!

Hay crónicas que pueden describir paso tras paso lo que fue sucediendo arriba del escenario. Otras por el contrario, narran como si de un cuento se tratase todo lo que ya, para muchos de nosotros, nunca se borrará de nuestro cuaderno de recuerdos.
Marina es la creadora de esta emotiva crónica envolviendo al grupo en el mejor abrazo que les puede dar su público...el cariño y la fidelidad. Concierto vivido el 21 de Abril en Torrelavega (Cantabria) en la sesión de las 22h.
Una de las lunas de Rulo que no se esconde cuando llega el día porque siempre está a pie de noticia del grupo os presenta su caricia en forma de palabras....¡¡GRACIAS!!

Suena una canción cualquiera en la radio. Una canción cualquiera que no consigo distinguir, en mi cabeza resuena el concierto de anoche...

Algo más tarde de las 10 de la noche comienza el tango que desencadena el show. Dos actores, unas cortinas que se abren y aparece en el escenario una banda que derrocha talento, emoción y, sobre todo, mucha música.

“Para los que decían que esta sesión iba a ser como el segundo plato… sí, vais a ser el segundo plato, el postre y el chupito. Sobre todo el chupito.” Los que tenían dudas de que el espectáculo no estuviera a la altura de la primera sesión se equivocaban. Nos equivocamos también los que, al sonar los primeros acordes, teníamos alguna duda de si escucharíamos una voz quizá algo cansada. Acorde tras acorde, palabra por palabra y gesto por gesto se pasó el concierto en un visto y no visto.

Sólo le pongo una pega al concierto de ayer: mucho barullo a destiempo abajo del escenario. Tiene que ir quedando claro que los que marcan el ritmo del bolo son los que están encima del escenario.

Lo que se vivió anoche en el Concha Espina fue un bolo acústico que no dejó indiferente a nadie. Nuevas armonías, más de una vuelta de tuerca, un poco de teatro y mucha ilusión componen estas “canciones desnudas”. Soy de las que piensan que con el acompañamiento de una sola guitarra la voz está más arropada que con el acompañamiento de un piano. Lo sigo pensando, pero el acompañamiento del piano en “Luna de miel” fue simplemente desgarrador… cuando la melancolía, la emoción y, por qué no, las lágrimas y la tristeza salen a flote.

Un reloj que marca algo más de las cinco menos cuarto vigila que todo marche bien desde la retaguardia. Un banco de la calle Ronda de Reinosa, y una farola es el atrezzo que compone el escenario. No hace falta una puesta en escena espectacular. Simplemente eso, un reloj, un banco y una farola son suficientes para compartir ‘un “te echaba de más”, un después de los adioses, cuatro ojos buscando el mar y un “te necesito”’.

Hubo momentos muy emocionantes, llegando a ser demasiada la emoción y otros donde salió la vena gamberra. Hay canciones que aún marcan, hay canciones que aún duelen y hay frases que son y serán puñales.

Rulo con su fiel amiga en uno de los momentos del concierto

Sonaba aún el último estribillo de “La cabecita loca” y a ninguno de los presentes nos cabía en la cabeza (bendita cabecita loca…) irnos de allí sin escuchar “Primavera del ‘87”. El mejor homenaje que se podía hacer a Gonzalo Ruiz en el 25 aniversario de lo que pasó en Reinosa. Uno de los momentos más emocionantes, sin ninguna duda. Impresionante el solo que se marcó “el as de las cuerdas”, que consiguió ponernos la piel de gallina una vez más.

Una canción de despedida, la que cerrará el próximo disco, a ritmo de vals, despedía el concierto. A punta de pistola volvieron al escenario los 5 canallas que nos roban miles de sonrisas, alguna que otra lágrima y el aplauso sincero que merecen. Qué larga se nos va a hacer la espera, no demorarse más de lo necesario.

“Y brindo por esas noches donde todo era alegría…”. Brindamos entre esas 4 paredes que tanto han visto, tanto saben y tanto las queda por ver.

Qué pronto se hizo tarde, pedí la cuenta… dos besos de propina, y hasta otra vez. No sé si será en plaza Garibaldi, en el bar de abajo o quizás en Nueva York… pero sin ninguna duda, me voy cantando el vals del adiós y gritando que os echo de menos…

Marina